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CIFRAS Y MÁS CIFRAS

El divorcio entre la planeación y la política de vivienda nos regaló quince años de crecimiento sin orientación alguna. Nadie tiene claro lo que está pasando hoy. Por lo menos no con cifras compartidas.

 A la llegada de Vicente Fox solo había un objetivo: se trataba de satisfacer el déficit habitacional a como diera lugar, no importando la desconexión o el efecto de los nuevos desarrollos en la recarga de los acuíferos, por citar un dato verde de lo más serio que pueda haber. El objetivo era desarrollar, desarrollar, desarrollar. Cincuenta y siete zonas metropolitanas en las playas, tierra adentro y en las fronteras de nuestro México fueron el resultado de esa ruda intención federal.

Querétaro no solo no fue la excepción, creció a los cuatro vientos –si se me permite la expresión—con ferocidad hasta llegar a una dimensión cercana a los 35 kilómetros cuadrados. Estamos a la cabeza de la lista de ciudades que más crecen. El Marques crece anualmente 5.9% Corregidora 4.8% y Querétaro 4.5% según el Presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano de la Legislatura, Jorge Lomelí, cuando la media nacional está alrededor del 1.9%. Podemos decir que Querétaro está absolutamente “de moda”.

La verdad puede ser que nadie sabe a ciencia cierta cuanto estamos creciendo; pero se percibe claramente en la calle. Sobre todo el viernes, cuando los desplazamientos, cualquiera, son superiores a 30 minutos.

Algunas cifras son contradictorias. Están las de la industria viviendera que ha dicho necesitar hasta veinticuatro meses para desplazar una casa de interés social. Ha dicho también tener un sobre-inventario cercano a las dos mil viviendas. Si en 2013 se hicieron en Querétaro 15% menos viviendas que en 2012, sería razonable pensar que ese inventario salió de la bodega, pero no pareciera haber sido ese el escenario. Por otra parte, ha dicho el INFONAVIT que hay más de 3 mil casas abandonadas con sus respectivos créditos.

Hay una idea que repiten algunos políticos que me encanta, esa que dicen que a Querétaro llegan todos los días entre 8 y 15 familias; si es así, la relación entre las cifras permite una confusión en el análisis.  No habría casas en bodega ni 24 meses de desplazamiento verdad? Lo único cierto es que las cifras van y vienen y no hay donde se puedan consultar con certidumbre.

Otro elemento de contradicción son las declaraciones de diciembre respecto de que el parque vehicular creció al doble en los últimos diez años. Más de 550 mil vehículos registrados, lo que no parece coincidir con el dato de la venta de viviendas que, según algunas declaraciones de SEDATU, bajó, aunque también esa fuente federal dice que el sector creció 4% en 2013… (¿?). Si, ese mismo sector cuyas principales empresas están por entrar en un concurso mercantil…

Otro vertiente de análisis: Si sumamos las declaraciones de los dos Secretarios de Desarrollo Urbano y Obras Públicas que ha tenido el Gobierno del Estado, se puede concluir una cifra superior a los tres mil quinientos millones de pesos invertidos en infraestructura vial en lo que va del sexenio. Una cantidad de recursos públicos que sirve, según datos liberados por el organismo que regula ese sistema de transporte, al 36% de los queretanos que somos a su vez, el universo de los que usamos nuestro automóvil; el resto va en camión, usa “la ruta” dos veces al día y al parecer no hay inversiones en infraestructura para ellos o es mínima, pues pareciera que no ameritar declaración.

Y es que lo que quiero exponer es que todas estas cifras las vamos “cachando”, vienen salteadas del servicio público; otras son liberadas por líderes camarales, otras más vienen de la industria desarrolladora a través de su principal gremio que es la CANADEVI.

La pregunta es válida, quién sabrá la verdad de Querétaro?

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Todas las cifras aquí señaladas están en diversos links de noticias urbanas que vamos subiendo vía twitter @HacerCiudad. Gracias a todos los que nos obsequian sus mensajes en el blog HACERCIUDAD.COM.MX y a los más de 500 fieles seguidores en la página Hacer Ciudad de Facebook. Gracias en verdad.

 

Avala Ballesteros plan Loyola para orden urbano

11 de octubre de 2013
Heidy Wagner
Querétaro, Qro.- «Actualmente la zona metropolitana de Querétaro está alargada, es una ciudad achorizada hacia San Juan del Río o hacia Celaya, es algo a lo que tenemos que ponerle cabeza porque no es lo correcto», afirmó el urbanista Gabriel Ballesteros Martínez.

En entrevista en el Noticiario ABC DIARIO Segunda Emisión, con Adán Olvera y Sergio Magaña el experto en urbanismo consideró necesario planear el desarrollo y crecimiento de la zona metropolitana de Querétaro como lo ha venido proponiendo el alcalde capitalino, Roberto Loyola Vera.

«Porque indiscutiblemente la limitación de los recursos naturales, los recursos hidráulicos y un apropiado proceso de infraestructura, de redes de movilidad y de redes de intercambio de bienes, debe de darse también al mismo tiempo, porque en 15 años podríamos ser más de un millón de habitantes», expresó.

De tal manera coincidió en la urgencia de establecer reglas concretas respecto al crecimiento que deberá tener la ciudad, porque admitió, hoy en día la problemática del agua en Querétaro tiene varias vertientes que deben ser analizadas a profundidad, «primero es la extracción del agua que hacemos del manto del Valle de Querétaro que se supone que con el nuevo Acueducto II íbamos a dejar de extraer agua de ahí en una cantidad importante, creo que sólo se cerró uno por ahí, tenemos un problema de captación de agua pluvial en el sistema de bordería alrededor de la zona metropolitana cuando llueve uno de los problemas de la lluvia es que no contenemos el agua afuera de la ciudad, porque no sólo es la que llueve aquí sino la que escurre por dentro de la ciudad que ha llegado a romper los drenes y la otra es que no la estamos reutilizando en las cantidades en que podríamos estarlo haciendo».

Por lo que advirtió, el proceso de la infraestructura hidráulica para el saneamiento va muy despacio incluso más lento que la cantidad de gente que diariamente llega a vivir a Querétaro.

«Entonces aunque sea difícil frenar el proceso de desarrollo porque la iniciativa privada tiene sus tiempos, considero que este gran proyecto que es el Instituto Metropolitano de Planeación que el presidente Roberto Loyola propuso y que los otros tres presidentes municipales, incluso han signado un pacto político para crearlo es el siguiente gran paso que tenemos que dar independientemente de la cantidad de habitantes que lleguemos a ser algún día, pero en orden».

Aunado a esto Gabriel Ballesteros también recomendó ponerse de acuerdo tanto a las dependencias del ramo como a la industria desarrolladora de vivienda, «porque son muchos números y estadísticas que dan, por una parte la Industria de la Vivienda da un número de viviendas que produce al año, la CONAVI dice que necesitamos cierta cantidad de viviendas porque hay personas con determinado número de salarios que pueden acceder a una casa, y hace unos días la IVEQ dijo que faltaban 50 mil viviendas de interés social».

De tal suerte apuntó, todos esos datos deben de llegar a una misma meta, «no pueden estar cada una de las instancias del estado o de la iniciativa privada vaticinando lo que es necesario hacer porque después viene el problema que se tiene que hacer obra pública emergente porque resulta que se hicieron desarrollos donde todavía las interconexiones no estaban hechas y se saturaron, se hicieron nudos viales en la parte interna de la ciudad como ha pasado en los últimos años».

Finalmente sostuvo, el tema del crecimiento de la zona metropolitana debe ser abordado con seriedad por parte de todos los sectores sociales y económicos, «desde la academia, desde el contratismo, desde la vida de desarrollo de vivienda intensiva o desde los ambientalistas, es decir todo mundo se tiene que despojar de los radicalismos y poner en la mesa claramente cuáles son las necesidades que tiene la ciudad de acuerdo a como hoy es y como queremos que sea», concluyó.

¿Querétaro podría albergar a 8 millones de habitantes?

A continuación podrás encontrar todo el seguimiento de esta noticia que seguramente causará controversia.

Podrían habitar 8 millones de personas en el municipio de Querétaro

Roberto Loyola dijo que hay estudios en los que se explica que Querétaro cuenta con una superficie de más de 300 kilómetros cuadrados como Guadalajara, París o Nueva York.

La ciudad de Querétaro tendría la superficie necesaria para albergar hasta 8 millones de habitantes, aseguró el presidente municipal de Querétaro, Roberto Loyola Vera, quien comparó el futuro de la zona metropolitana como la que se vive en las grandes metrópolis del mundo.

Al respecto, indicó que existen estudios en los que se explica que el territorio de Querétaro, cuenta con una superficie de más de 300 kilómetros cuadrados, equiparable a ciudades con un desarrollo poblacional importante como Guadalajara, París o Nueva York.

“Querétaro ocupa una mancha o superficie de más de 300 kilómetros cuadrados, según estudios con una densidad media, podríamos en esa misma superficie vivir 8 millones de habitantes, en un radio similar hay ciudades como Guadalajara, París y Nueva York, necesitamos apoyarnos en urbanistas y estudiosos y definir qué tipo de Querétaro queremos ser para cuando crezcamos”, expresó el alcalde.

De acuerdo a estimaciones, para cuando termine la administración en 2015, la ciudad de Querétaro habría alcanzado 870 mil personas más, de las que se reportaron en el censo oficial del Inegi en el año 2010.

“El censo 2010 señaló que había 824 mil, pero diario llegan 100 personas, serían 195 mil más en 10 años, serían 870 mil personas al final de la administración”, comentó.

Fuente: AM de Queretaro

Territorio y características de municipio de Querétaro similares a las de Nueva York, podrían vivir 8 millones de personas en él.

Enfatizó el presidente municipal de Querétaro, Roberto Loyola Vera, la importancia de una buena planeación a futuro dado el crecimiento del municipio, pues indicó que en los 300 km2 que abarca el territorio de la capital y sus características se puede dar cabida a una densidad poblacional de 8 millones de habitantes, comparada con ciudades como Guadalajara, París o Nueva York.

Y es que según las proyecciones de crecimiento de la población, y con datos del último censo poblacional del 2010, donde indican que somos 824 mil habitantes, y si llegan 100 personas diariamente al municipio de Querétaro, se preve que para el 2015 se incremente el número hasta rebasar el millón de habitantes.

Fuente: RR Noticias

Tiene capital capacidad para unos 8 millones de habitantes

Con base en los últimos estudios radio-territoriales de la Zona Metropolitana,  se estima que el municipio de Querétaro tendría capacidad de crecimiento hasta para 8 millones de habitantes.

Así lo dio a conocer el presidente municipal, Roberto Loyola Vera, quien detalló que dicho estudio revela que comparado a otras ciudades del mundo como París o la propia ciudad de Guadalajara, que cuentan con el mismo radio de más de 300 kilómetros cuadrados de territorio, dicha capacidad de población podría ser posible en una densidad media.

“Querétaro ocupa una superficie de más de 300 kilómetros cuadrados y según los estudios -con una densidad media- podríamos, en esa misma superficie, vivir 8 millones de habitantes. En un radio similar hay ciudades como Guadalajara, París y como Nueva York que se encuentran en la misma superficie”, precisó.

Por ello y ante el fenómeno de crecimiento que ya se vive en el municipio, Loyola Vera destacó la importancia de planear el rumbo que debe tomar la ciudad, apoyados en los expertos y los urbanistas para que el crecimiento acelerado no rebase al desarrollo urbano y la sustentabilidad.

“Lo que necesitamos es, apoyados en los estudiosos, en los urbanistas, definir qué tipo de Querétaro queremos ser para que este crecimiento que vamos a seguir teniendo, porque  ya estamos creciendo aceleradamente, lo hagamos con una idea de a dónde queremos llevar a Querétaro. Ésta es la circunstancia de acuerdo a un estudio del radio territorial que ocupa la Zona Metropolitana”

Y es que  recordó que de acuerdo con el último censo del Inegi del 2010, en la capital se registró una población de 824 mil habitantes pero se estima que a diario 100 personas llegan a vivir a Querétaro, por lo que a ese ritmo de crecimiento se calcula que al término de la administración, el municipio ya podría estar alcanzando el millón de habitantes.

“El crecimiento se está dando y ahí está el reto”, señaló el edil.

De acuerdo con el Consejo Estatal de Población (Coespo), para el caso de la Zona Metropolitana que comprende a Querétaro, Corregidora, El Marqués y Huimilpan, se estima que este año concentrarán en su conjunto a 1 millón 174 mil 224 habitantes.

Mientras que en la proyección de población -a nivel estado- se calcula que para 2015 la entidad superará los 2 millones de habitantes, de los cuales al menos el 40 por ciento estarían concentrados en la capital queretana.

Fuente: Plaza de Armas

¿Pugna Inminente? (tercera y última parte)

Por Gabriel Ballesteros Martínez

Para que se de una verdadera reforma y no solo una pugna de intereses que al encontrar su propio y particular equilibrio, decidan nada más darle una “manita de gato” al Código Urbano, necesitamos que el próximo debate legislativo incluya ideas que reparen el confortable desorden actual y sometan, desde sus cimientos, la ley a un nuevo enfoque para el desarrollo urbano sustentable de las ciudades del Estado de Querétaro. La base, por tanto, debe ser el interés público.

Agradecido por muchos comentarios a las dos primeras entregas de esta serie, en esta tercera y última parte dejo de revisar la historia y criticar la actuación de los servidores públicos, entre los que en algún momento me encontré, para proponer algunas ideas concretas:
Una ciudad chaparra y extendida nos sale muy cara. Darle agua, luz, seguridad y limpieza a una mancha urbana que en promedio habitamos 50 personas por hectárea, es obligadamente un reto diario para las administraciones municipales. Hoy tenemos casi 20,000 hectáreas integradas a la zona metropolitana de la Ciudad de Querétaro; por tanto, debemos ajustar la ley para incentivar fiscalmente y dentro de los esquemas de planeación, el relleno de los vacios urbanos, antes que la integración de más parcelas y, asimismo, favorecer la verticalidad del desarrollo, edificando en tres o cuatro pisos cuando menos y con una mezcla de tipos de uso de suelo en cada edificio.
Es muy importante generar una política de suelo. Mediante la ley debemos incidir en el mercado inmobiliario para desacelerar, que no eliminar, el tipo de desarrollo que pretende imitar el suburbio americano. Ellos mismos curiosamente, están renunciando a él y a los terceros pisos de su “jayweys”. Por qué no pensar en vez de un incipiente jardín de 2 x 3 por familia, en parques de barrio, plazas y generosas áreas verdes con instalaciones recreativas y deportivas comunes de calidad. Para lograr esto y fomentar un mejor uso del elemento suelo, debemos integrar a nuestra legislación la “transferencia de potencialidad”, que en cristiano se trata de una idea que permite balancear el uso del suelo “pasándole” a los suelos vecinos de aquel infra utilizado, la capacidad de ser edificados sumando la intensidad que el otro desaprovechó.
Dentro de este subtema de la reforma, es necesario establecer las normas necesarias para que el Estado destine recursos públicos para la compra de reservas territoriales, de tal forma que el suelo que sigue por incorporarse a la urbe, no sea susceptible de especulación. La creación de una Bolsa (pública) de Suelo Urbanizable, permitirá que nadie tenga la tentación de “engordar” suelo aprovechando el dinero de los queretanos para habilitarlo y después de un tiempo llevarse la plusvalía sin trabajar.
Otra idea que merece impulso es la regeneración urbana. Rescatar las construcciones que ya sirvieron y reconstruir donde ya está la infraestructura, donde ya existe una red, donde ya está el transporte, es una estupenda oportunidad de negocio y asimismo favorece la oportunidad de cambiar la fisonomía de un barrio. Con incentivos de obra pública y facilitación de cierto tipo de crédito, podemos volver atractivo este modelo y así regresarle su valor a muchos suelos, al tiempo que podría desarrollarse de manera mejor el entramado social en muchas zonas.
En esta revisión se tiene que lograr un Código Urbano capaz de hacerse cumplir. Así como es imperioso que los asentamientos irregulares no sigan multiplicándose, es imperioso que la gente tenga la capacidad de detener edificaciones peligrosas o que atenten contra nuestro Derecho a la Ciudad, del que ya hablaremos. La conformación de una Procuraduría del Desarrollo Urbano podría garantizar que todos en lo colectivo o alguien en lo individual, ejerza su condición de tercero perjudicado; condición que podemos adoptar cualquiera y que significa una visión muy urbana de la convivencia. Así como no se valen las oposiciones vecinales a ultranza (contra gasolineras o escuelas por ejemplo), tampoco podemos permitir que el interés de alguien atente contra el valor del suelo de los que ya viven ahí.
La nueva ley deberá también incentivar la peatonalidad y la accesibilidad, estableciendo la obligación de que al momento de autorizar los proyectos inmobiliarios, se garanticen banquetas amplias y seguras. Asimismo que se edifique con infraestructura que apoye a quienes por edad o un problema de motricidad necesitan rampas, elevadores o un distinto tipo de señales, que integre el lenguaje braille por citar un ejemplo.
Otro aspecto deseable de la intervención al Código Urbano, es eliminar trámites y mejorar los esquemas de control y diseño urbano. Una alternativa para lograr este objetivo es incorporar a los profesionistas independientes como certificadores. Ya bien con un modelo a través de los colegios de arquitectos e ingenieros o bien, en un esquema como el que tiene Catastro con los valuadores, de tal manera que se impulse un ágil sistema de revisión de proyectos y autorizaciones para que, de paso, logremos homogeneidad de criterios, fomento a la creatividad y corresponsabilidad. De esta manera, hacer ciudad sería un asunto público y no solo gubernamental.
Por último, aun contra la resistencia comercial, debemos volver a diseñar las ciudades como antes, es decir en barrios. Que todo lo que necesitamos nos quede cerca. La ley y los reglamentos municipales que surjan después, deben privilegiar continuidad del entramado urbano, premiando fiscalmente la creación de fraccionamientos y castigando la desconexión que producen los condominios cerrados. La idea es que todos ganemos: que los inversionistas puedan hacer buenos negocios; que la gente utilice lo mejor posible su crédito inmobiliario comprando una buena casa; que el gobierno gaste el dinero público no para encarecer suelos sino para conectar las comunidades; que tengamos acceso inmediato al transporte público de calidad y que nuestros espacios de convivencia pública estén cerca, sean seguros y atractivos. El nuevo urbanismo parece encontrar su lugar hacia ciudades sustentables financiera y socialmente responsables. Estas son solo algunas ideas con las que podría darse un vuelco en la forma de hacer ciudad. Usted qué opina?…
P.D. No hay que tenerle miedo a una consulta pública seria. Si el trabajo mismo para construir el proyecto de iniciativa de ley no se hace de manera transparente, consultando efectivamente a los actores y destinatarios del Código Urbano, pueden enturbiarse las genuinas intenciones de la reforma. Si al Titular del Ejecutivo le suben un proyecto frio, sin cabildeo con la sociedad y lo quieren envolver en un capelo haciéndole creer que todo mundo estará de acuerdo en la iniciativa, en un ambiente “controlado”, le van a hacer un flaco favor pues podrían caminar sobre las huellas de una pugna inminente.

Pugna inminente (segunda parte)

Por Gabriel Ballesteros Martínez
¿Dónde estamos?

 

 

En esta segunda parte analizaremos lo que pasó en Querétaro después de la reforma al Artículo 115. Del año 2000 para acá hay datos, cifras y anécdotas dignas de revisar para entender donde estamos.
La reforma, revolucionaria por si misma, se mezclo con la nueva realidad local que trajo la alternancia. El inicio del primer gobierno estatal panista, significó una dura prueba para las relaciones entre los niveles de gobierno. En 2001 obligada constitucionalmente, la LIII Legislatura del Estado que de facto encabezaran Julio Sentíes (PAN), Marco Antonio León (PARM) y Enrique Becerra (PRD), reformó la Ley Orgánica Municipal traduciendo el espíritu del nuevo 115 a la realidad queretana. Se pensó que había quedado muy bien, sin embargo, semanas después de su publicación, cinco municipios impulsados por un grupo de abogados comandados por Arturo Maximiliano García Pérez (hoy Director del IMPLAN y entonces Secretario del Ayuntamiento) interpusieron una controversia constitucional y la ganaron. La sentencia de la Suprema Corte declaró –exclusivamente para los cinco demandantes– nulos más de 90 artículos de la Ley; entre ellos, el 80° que obliga a los municipios a pedirle permiso a la Legislatura para enajenar sus bienes. Sin este freno en 2009, fue posible la venta de cientos de terrenos que se le habían donado para área verde y equipamiento para cubrir deuda y pagar nómina en el Municipio de Querétaro. Están por verse las consecuencias de esta delicada decisión y de esto comentaremos en otra entrega.
Mención relevante y positiva merece Antonio Juan José Gutiérrez Álvarez, Secretario del Ayuntamiento tanto de Rolando García como de Armando Rivera, quien supo llenar los huecos de nuestra añeja legislación urbana en relación a las nuevas leyes ambientales y el nuevo 115. Noches en vela se pasaba Toño remendando para sustentar las decisiones de los dos cabildos que ayudó a funcionar, impulsando el aterrizaje de las nuevas funciones municipales… lo que logró en ocasiones, hasta suavemente.
Querétaro, San Juan del Río, Corregidora y El Marques afrontaron cada cual a su manera la robusta condición de mandones de la fiesta, como se dijera entre los taurinos. El gobierno estatal cumplió y se firmaron convenios de transición que ya no se renovaron en 2003 pues al probar la miel del poder sobre el suelo, ya a nadie le gustó seguir de la mano tutora de la S.D.U.O.P.
En lo administrativo las direcciones de desarrollo urbano se fortalecieron con más personal y aparecieron en la estructura organizacional de los municipios las Secretarías de Desarrollo Sustentable. Se diseñaron formatos, modelos de inspección y se gestaron tímidamente mecanismos de tasación inmobiliaria ante la ausencia de un modelo caduco en el Código Urbano actual; Querétaro reclamó el Catastro y mejor se lo concedieron ante la amenaza de que también quería el control municipal del agua. Por lo que ve a lo financiero, aumentaron los ingresos propios considerablemente pero también las demandas de particulares y empresas, que vieron irse el impuesto predial hasta 500% para arriba. Ser Regidor se volvió más interesante que ser Diputado y todavía mejor en la Comisión de Desarrollo Urbano.
La facultad para realizar la modificación del uso del suelo y la planeación a escala municipal “tomo por sorpresa” al nivel estatal de gobierno. Los ayuntamientos tomaron decisiones, habilitaron suelos a la urbe y el Gobierno del Estado no encontró fácilmente la manera de frenar la presión, particularmente sobre la Comisión Estatal de Aguas. El “boom” del suelo ejidal circundante a la zona metropolitana trastocó todo orden concebido hasta entonces. En este contexto, la administración loyolista atinadamente creó el Comité de Factibilidades, dependencia emergente para el control del precioso líquido a fraccionamientos y condominios. Sin agua no hubo suelo aunque estuviera aprobado.
Más tarde, en el Gobierno de Francisco Garrido, a alguien se le ocurrió los inefables “dictámenes de ratificación”, con los cuales se controlaba a los presidentes municipales, especialmente a Armando Rivera, a través de la S.D.U.O.P. Instrumento inconstitucional que sin sustento alguno “recalificaba” las decisiones del cabildo para frenar cambios de uso de suelo aprobados legítimamente por los municipios. Sin dictamen no había publicación en la Sombra de Arteaga y el Registro Público de la Propiedad no inscribía. Nadie se atrevió a interponer amparos so pena de no recibir agua. Y sin embargo, seguimos creciendo…
El desarrollo de la mancha urbana de la Ciudad de Querétaro y de San Juan del Río tomo un ritmo vertiginoso. Para el año 2002, el Municipio de Corregidora dejaba su condición eminentemente rural presentando el índice de crecimiento sostenido más intenso del país hasta 2007. Algo similar a lo que enfrenta hoy El Marques o a lo que vivió San Juan del Río durante los años de la industrialización. Fenómeno que podría repetir Pedro Escobedo, Ezequiel Montes y Cadereyta muy pronto, quienes con la ampliación de la carretera a la Sierra Gorda podrían crecer con los mismos riesgos si la Ley no cambia y mejora.
Otra anécdota curiosa la protagonizó el Ayuntamiento de Querétaro 2003-2006 cuando aprobados los nuevos planes de desarrollo delegacionales, en votación unánime, el Gobernador Garrido decidió no publicarlos, aplicándoles un veto de bolsillo temporal para después –“bien revisados”– liberarlos en el siguiente trienio ya con Manuel González en los controles del Municipio (2008).
En nuestros actuales planes, se puede apreciar claramente como la rectoría de la planeación del desarrollo urbano, se ha desplazado de riesgosa y fragmentada manera a los ayuntamientos, sin una visión general del desarrollo. Tenemos 18 visiones locales en pugna eminente todos los días a una velocidad de vértigo. Hoy, como sea que cada tres años se de la configuración política de Querétaro, la figura municipal reclama, fuerte o suave, el reconocimiento de su libertad, frecuentemente transfigurada en un concepto erróneo de “autonomía”.
De 2000 a la fecha hemos tenido cuatro secretarios estatales de Desarrollo Urbano, Luis Vazquez, Alfonso Ramos, José Luis Covarrubias y ahora Sergio Chufani. Cinco secretarios municipales encargados del tema: Rogelio Rodríguez, Gerardo Vega, Vicente Suárez, Ricardo Alegre y ahora Marco Del Prete; comunes a todos de algún modo, los directores Fernando González y Miguel Angel Bucio. En 12 años nos gastamos cerca de diez mil millones de pesos en obra pública. Se hicieron parques bicentenarios, ciudades de las artes, puentes, terceros pisos, boulevares, anillos periféricos y acueductos pero muchos queretanos afirman que no vivimos más cómodos ni mejor conectados.
Tenemos más o menos 650 asentamientos irregulares, tan solo 258 en el Municipio de Querétaro y de esos más de 40 tan solo en la Delegación Epigmenio González. 100 mil queretanos no tienen una escritura. Más de 200 colonias permanecen sin entrega recepción. Cerca de 14 mil hectáreas se habilitaron al desarrollo, mientras tímidamente se construyeron 20 edificios de más de cuatro pisos. Con estas cifras y con estos datos se prefirió no modificar el Código aun teniendo un proyecto aceptable de la LIV Legislatura… ¿Porqué?
En síntesis, el contenido del Código Urbano no solamente no fue (ni es) capaz de crear homogeneidad entre los estilos de gobierno de cada municipio; evidentemente esa no es su función. Su aspiración como norma deberá ser la unificación de criterios entre el Estado y sus municipios; consolidar un verdadero modelo de planeación democrática y de ordenación de territorio; precursor de seguridad jurídica a los inversionistas y modelo que prodigue solidaridad, equidad e inclusión para todos los habitantes de nuestras ciudades. Asimismo debe ser una herramienta que frene la abrumadora urgencia con que tratamos el recurso suelo y la especulación.
P.D. El Estado mexicano no puede claudicar en su función de dirigir el desarrollo urbano, turnando solo a los empresarios la delicada responsabilidad de decidir la Ciudad. Más o menos así se expresó el Dr. Alfonso Iracheta Cenecorta en el Seminario Fundacional de FOROPOLIS, nueva organización de empresarios, académicos, consultores y estudiosos del urbanismo y la planeación por una política de estado para las ciudades mexicanas. Felicidades a todos los fundadores, será seguramente para el bien de nuestro país.

¿Pugna Inminente? (primera parte)

Por Gabriel Ballesteros Martínez

 

El Estado de Querétaro se está preparando para un debate que puede significar una pugna inminente si no se cuidan los distintos aspectos tanto de legitimación política como de técnica legislativa que amerita el alumbramiento de un nuevo Código Urbano para el Estado de Querétaro.
En esta primera de dos o quizá tres partes, revisamos como andan las cosas antes de que inicie el debate por una nueva legislación urbana. Siendo un histórico momento, nuestros diputados habrán de tejer muy fino y evitar fracasar por sexta vez en el intento.
Puede decirse que el carácter del Municipio Libre del siglo XXI camina hacia su consolidación. Su plena madurez depende de muchos factores; algunos concernientes al sector público; los más, relativos a la nueva concepción de ser ciudadano. La reforma de 1999 al Artículo 115 de nuestra Constitución fue resultado de un extenso debate nacional en el contexto de una de las tareas públicas y gubernamentales que aun siguen su curso: la descentralización política y administrativa que se impulsara en el periodo de gobierno de Miguel de la Madrid, sobre la cual Acción Nacional (en la voz del Jefe Diego) juagaría un papel determinante. Hay que revisar ese pasado para entender con claridad cuál era efectivamente el alcance de la “emancipación” municipal concebida y cual es efectivamente, el tamaño de aquella concedida o más bien, arrebatada en algunos casos, por nuestros ayuntamientos.
La reforma constitucional facultó a los municipios en los términos de las leyes federales y estatales para controlar el suelo, lo que hasta entonces le tocaba al Gobernador. En esta nueva “mayoría de edad”, a partir del año 2000 los ayuntamientos comenzaron a formular, aprobar y administrar sus planes de desarrollo urbano; comenzaron a crear y administrar reservas; comenzaron, sin preguntarle al Estado a otorgar licencias y permisos. Lo grave del caso es que muchas o casi todas estas nuevas atribuciones municipales, no tienen tope en nuestro actual ordenamiento y sin un Instituto de Planeación cada Municipio se diseña a sí mismo; incluso, pueden elegir si le hacen caso a las “sugerencias” de la autoridad estatal del desarrollo urbano. El crecimiento se da al arbitrio de fuerzas político económicas que no siempre van de la mano con lo que más nos conviene a todos.
Desde el inicio del siglo, nuestro Código Urbano comenzó a demostrar la flacura de su contenido pues la inconstitucionalidad de muchos de sus artículos amenaza su eficacia. Al día de hoy, muchas de las atribuciones municipales se ejercen sin control por parte del Estado ya que el Código Urbano es ambiguo o no contempla la forma como deben coordinarse muchas de estas decisiones. Está por verse con que tanta suavidad permitirán los actores municipales y estatales que este esquema se adapte a la realidad constitucional pero sobre todo, que se equilibre en el ámbito de la política real, pues por un lado a algunos confundidos les parece que este estado de cosas es mejor que prevalezca y por otro, fuerzas extremistas querrían utilizar el escenario para cobrar facturas.
¿Cómo llegamos hasta aquí? ¿Cómo llegamos al punto de que el gobierno estatal sienta la urgencia de entrar al ajuste de estas atribuciones y a la arriesgada (pero indispensable) tarea de meter a todos los actores del desarrollo urbano y particularmente a los ayuntamientos en cintura? Parece que es sencillo el diagnóstico: el abuso, el descontrol y la discrecionalidad con que se tomaron muchas decisiones en el pasado reciente han puesto en riesgo nuestras ciudades.
En el debate para reformar el 115 se alegaba que el Municipio habría de pasar a ser el eje estratégico administrativo; que pasaría de mero gestor y “maistro de obras” a decisor y responsable. Hoy muchos de nuestros municipios han crecido si y se han desarrollado en lo administrativo, pero tienen deudas y severos problemas para financiar las ciudades que han autorizado, quizá con malas decisiones. Habrá que ver con que disposición se sientan a la mesa cuando les digan que muchas de las atribuciones que han ejercido alegremente serán acotadas y al mismo tiempo habrá que ver como se plantean los equilibrios pues la Constitución es clara y a ellos les toca el suelo. Los ciudadanos no queremos ver una pugna por el control del suelo y del agua, esperamos un debate de altura con una visión de estado y de futuro.