El predial nuestro de cada año

Por MNU y Lic. Gabriel Ballesteros Martínez
 
 
Perreras, cuartitos, pajareras o como se les quiera denominar, esas pequeñas construcciones que algunos hacen sobre sus predios baldíos para pagar menos predial, resultan ser una burla fiscal que estoy de acuerdo, no debe tolerarse. Con sus justas excepciones, el que tenga un inmueble ocioso debe ser castigado con más impuesto.

Si bien el debate, en esta ocasión, es la forma como se deduce la tasa aplicable, el fondo es que no nos hagamos patos simulando una edificación que en verdad no tiene servicio alguno. Si no tienes nada construido pues te aplica la tasa cara, ni hablar. Como todos los impuestos, el predial tiene para algunos una cara dura y para otros un justo y democrático reconocimiento a su condición.

Y es que si bien nosotros los abogados “estamos de fiesta” con el tema, pues la Legislatura nos hizo el” obsequio” de una redacción que fácilmente será vencida de manera sistemática en la justicia constitucional, el fondo de la reforma debe prevalecer. No se me enojen mis colegas.

 “Tu predial pagado es un servicio mejorado”…  rezaba una leyenda tras el camión recogedor de la basura en tiempos del Presidente Municipal Alfonso Ballesteros (1991-1994). Desde entonces cada año el predial es un tema político del primer trimestre. Y es que siempre ha sido un impuesto disímbolo; ya por la tasa o por la base pero siempre causa polémica.

Por mi parte entiendo a los presidentes municipales; mientras que nuestras ciudades cada vez son más caras, más extensas, más complicadas, las trasferencias federales son cada vez menos proporcionales y el acceso a los fondos del dinero grande, un galimatías que resolver con el transcurrir del tiempo del periodo constitucional como enemigo inquebrantable.

Sin embargo, la técnica de la reforma dejó igualados a quienes efectivamente tienen una situación dispar, como el caso de los estacionamientos o los predios que sirven como patios de maniobras, por citar algunos casos. Por su parte, los desarrolladores piden el reconocimiento a la tasa de predio de reserva territorial y la claridad de su aplicación, pues en justicia alegan que les están grabando con ferocidad el insumo con que sus empresas producen empleo y en síntesis, señalan, prosperidad.

Seguro estoy que en breve se darán ajustes que vuelvan a poner el impuesto en situación de estabilidad. Mucho dinero habrá de devolverse a los contribuyentes, pero también estoy seguro que este nuevo capítulo de la novela anual del impuesto predial, traerá  la regularización de cientos de edificaciones y el empadronamiento de muchos giros comerciales que hoy se realizan sin que los tengamos registrados ni vigilados.

Cumplir con la Ciudad es el valor que subyace.

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