Lo urgente y lo importante

Por MNU y Lic. Gabriel Ballesteros Martínez

No hay dilema más delicado para un servidor público que diferenciar lo urgente de lo importante. El reto de entender que va primero y que va después puede ser la diferencia entre un breve paso por el escenario público o una profunda carrera como agente de cambio desde la burocracia. Dilema que puede convertirse en un sueño o ser solo ensoñación.

La semana pasada leí en la prensa que el Secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, Sergio Chufani, urgía “a quien corresponda” a concluir el proyecto de Código Urbano que sería (quien sabe cuándo) enviado al Congreso del Estado y me surgió esta reflexión sobre lo urgente y lo importante. Dada cuenta que al parecer ya se volvió urgente el Código y que incluso se pretende no esperar a que se de la reforma federal a la Ley de Asentamientos Humanos, me pregunto si en el proyecto que tanto han trabajado están resueltas, entre otras, las siguientes cuestiones:

• Definir la prioridad del interés público en el proceso de autorización del uso del suelo.
• Conceder hegemonía a la regeneración urbana y al llenado de espacios urbanos vacios antes de la habilitación de suelos de labor.
• Definir el valor social del suelo y el derecho a la ciudad para establecer las bases de la categorización del suelo estratégico, el suelo de reserva urbana y el suelo no urbanizable.
• Sentar las bases para la coordinación interinstitucional; el modelo de control para la sustentabilidad de la ciudad entre los tres órdenes de gobierno.
• Dar un reconocimiento al fenómeno metropolitano y obligar a planear en conjunto a los municipios conurbados.
• Establecer las bases para la reglamentación del desarrollo institucional para el control del ordenamiento territorial integral.
• Dar una oportunidad al reposicionamiento del diseño urbano como solución previa a la red de movilidad.
• Sentar las bases para la reglamentación homogénea de la gestión de uso del suelo en fraccionamientos y condominios.
• Crear las condiciones para la aplicación de impuestos de plusvalías y medidas compensatorias sobre infraestructura y servicios.
• Establecer reglas para la transferencia de potencialidad entre suelos.
• Garantizar la obligatoriedad de mecanismos para la planeación participativa.
• Crear las reglas para los métodos de gestión del impacto social respecto de nuevos proyectos urbanos.
• Dar claramente una base de patrones y elementos para una verdadera política de vivienda.
• Crear el Instituto de Planeación y conceder reconocimiento a las instituciones públicas que desde el sector privado han sido impulsadas para dar continuidad al desarrollo más allá de los gobiernos trienales y sexenales.

Y es que estos humildes cuestionamientos basados en lo importante surgen de la amenaza de lo urgente, nada más. No vaya a ser que manden un proyecto caduco desde su configuración y en unos días lo rebase la nueva realidad legislativa federal volviéndonos a dejar en la confusión reglamentaria; no vaya a ser que nos quedemos otra vez 18 años con un Código parido antiguo y provisional.

No es que uno sea necio, pero francamente el mensaje político del Secretario ya suena desesperado cuando la chamba de pulir el proyecto entre quienes pueden opinar con profundidad no se ha hecho y pareciera que ni siquiera se ha convencido a los que tienen un interés particular sobre el desarrollo intensivo de vivienda… Quizá me equivoque pareciera que vamos a una pifia legislativa.

La intención es cuando menos incongruente cuando la Secretaría se ha dado el lujo de desechar la opinión de expertos consultores nacionales como el Dr. Alfonso Iracheta y cuando sin explicación alguna disolvió el Consejo Asesor que había creado como nexo con la academia y la experiencia urbanística a nivel local para construir el proyecto.

De todas las preguntas que vuelan en el ambiente, yo solo me quedo con una… ¿a quién va dirigida la intención de mandar un documento que no espera ni considera el replanteamiento que traerá consigo la nueva legislación federal y que quizá se de en los próximos seis meses? o lo que es lo mismo ¿a quién le urge?… ya esperamos casi dos décadas, ya que más da otro ratito y hacerlo bien ¿no?

Cualquier comentario urgente a esta columna que pretende lo importante será bienvenido en el mail hacerciudad1@gmail.com y en la página de Facebook Hacer Ciudad.